domingo, agosto 09, 2009

Y pensar que hace solo unas horas mis manos acariciaban tranquilas y juguetonas el pelaje de un pequeño conejo blanco. No había razones, motivos que lleven a decaer a este ánimo que desvaría como ola de mar. Uno se pone a pensar cada mañana que es lo que hará ese día, si es que no lo tuvo planificado, rápidamente o con dificultad debido a la pereza nos ponemos de pie, nos vestimos (a veces duermo vestido), y comenzamos lo que sea que hagamos.

¿Cuál es tu sentido, vida?

La música de alguna emisora radial llega a mis oídos, la luz, las voces; despierto. Con bastante lentitud me incorporo y reviso las cosas de mi habitación, unos libros, ropa desparramada, frascos, hojas, una pizarra llena de garabatos, una mochila casi lista para salir un día más ala facultad. Un día mas…un día mas.

Las vacaciones le dan otro aspecto a la vida, es casi mentira, pero me parece que las vacaciones en verdad no existen, puesto que el pensamiento sugiere que es un cese de las actividades normales para relajarse y pasarla bien. Si dejo de hacer todo eso no lo paso bien, me aburro horriblemente, necesito, como cualquier ser vivo, mantenerme activo, continuar…andar y no detenerme, solo cambiar la velocidad.

Y estas vacaciones, mal llamadas así, me trajeron pues su fétido aroma de vegetalismo con poca actividad. A ratos escapo a horas haciendo una u otra cosa que vale la pena para sentirme vivo, feliz. Como ahora. Como ahora que estoy sentado frente esta maquina recordando como hace unas horas acariciaba ese conejo blanco…como hace unos minutos se me amargaba la boca.

Solo doy estas palabras que no se entienden que muestran la imagen preliminar de algo que no puedo mostrar simplemente por que no sé como.

Estaré por ahí…rasgando las hojas de mi calendario, buscando grafías entre millones de letras, dándole pincelas al sentido de la vida.

Despiértenme, solo si es necesario.



No hay comentarios: