miércoles, agosto 12, 2009

Far... far away

A quien engañaría si dijera que no noto diferencia entre un día contigo y una tarde en tu ausencia? A quien engañaría, si cuando no acaricio tu piel acaricio el calor que dejas en mis ropas, si cuando no converso de la mano con tu sonrisa le susurro historias a las sombras que proyectan las cortinas imitando la danza de tu cuerpo…, a quien?

Hace más de veinticuatro horas que no te veo, hace apenas minutos que recordé tu aroma, tu forma aquella de mirar, el dulce salvajismo de tus labios; hace más de veinticuatro horas que te vi partir en un autobús bajo un oscureciente cielo capitalino, tan triste y enfermo como aquel que hoy te escribe aquí a la distancia. Aquel que te escribe, que te imagina, que te ve, que te tiene lejos… y te tiene tan, tan cerca; por que ayer nos encontramos, nos compartimos y luego de despedirnos, nos alejamos, nos alejamos y mantuvimos muy corta esta larga distancia, una suerte de luces invisibles frías y calidas, de contradicciones con total y ningún sentido.

Hace más de veinticuatro horas que te fuiste en aquel bus, que yo crucé la avenida para tomar el mío… y ni aun así, después de despedirnos, no nos separamos. A quien engañaría?, si cuando vas por tu camino yo me quedo contigo.


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